CARGANDO

BUENAS PRÁCTICAS GANADERAS

GANADERÍA SUSTENTABLE,
PRODUCIR Y CONSERVAR ES POSIBLE.

Las regiones de Amazonía, Cerrado, Gran Chaco, Pantanal y Pampas representan cerca del 65% de la superficie de América del Sur. Están compuestas por extensos bosques, selvas, humedales, pastizales y sabanas que son claves para regular los ciclos del clima, del agua y del carbono y que albergan una enorme biodiversidad, incluyendo especies endémicas y en peligro de extinción.

Sin embargo, en las últimas décadas miles de hectáreas de estas regiones han sido transformadas para uso agropecuario. Esto ha sido motivado, entre otras cuestiones, por el aumento de los stocks ganaderos y por el desplazamiento de la ganadería hacia zonas más marginales por el crecimiento de la producción de commodities agrícolas. Entre los años 2000 y 2019 se transformaron aproximadamente 56 millones de hectáreas de ecosistemas naturales 1 a uso agropecuario en estas regiones (casi un 8% de los 788 millones de hectáreas analizadas), área mayor a la superficie de la República del Paraguay.

LAS CINCO REGIONES EN ARGENTINA, BRASIL Y PARAGUAY

  • AMAZONIA

    Andre Dib / WWF Brasil

  • PANTANAL

    WWF Brasil

  • CERRADO

    WWF Brasil

  • GRAN CHACO

    Yawar Films / Fundación Vida Silvestre Argentina

  • PAMPAS

    Mario Beade / Fundación Vida Silvestre Argentina

QUÉ ECOSISTEMAS NECESITAMOS CONSERVAR

Los ambientes naturales son proveedores de servicios ecosistémicos esenciales para la vida. Ayudan a mitigar el cambio climático, regulan los ciclos hídricos, y contribuyen a la seguridad alimentaria y al desarrollo económico, poseen una enorme diversidad biológica y proveen hábitat para plantas y animales, gran parte de ella amenazada de extinción. La protección, uso sustentable y restauración de los ambientes naturales permite asegurar la salud y la calidad de vida de las personas y de la biodiversidad que los habita.

© Andre Dib / WWF Brasil

Bosques

Los bosques albergan a más de la mitad de la biodiversidad terrestre y son territorio ancestral de numerosos pueblos originarios y familias campesinas. Sin embargo, entre el 2004 y el 2017 se perdieron 43 millones de hectáreas de bosques en las principales fronteras agropecuarias del mundo . La producción de alimentos de forma no sustentable es responsable del 80% de la deforestación global .

© WWF Brasil

Pastizales y Sabanas

Más de la mitad de la superficie terrestre de nuestro planeta está dominada por estos ecosistemas, que son extremadamente ricos en biodiversidad, producen el 60% de los alimentos, contienen un tercio del carbono terrestre y albergan a un cuarto de la población mundial. Sin embargo, actualmente se encuentran entre los ecosistemas más amenazados y escasos en el mundo: 1,7 millones de hectáreas de pastizales y sabanas son convertidas anualmente y ya se han transformado la mitad de las tierras aptas para cultivo. Además, más del 25 % de los pastizales están degradados y menos del 10% está protegido a nivel global .

©Mario Beade / Fundación Vida Silvestre Argentina

Humedales

Áreas cuya superficie se inunda de manera permanente o intermitente por distintos períodos de tiempo. Los humedales proveen alimentos, agua dulce, alojan una gran biodiversidad, amortiguan sequías e inundaciones y son importantes almacenadores de carbono. Sin embargo, entre 1970 y 2015 desaparecieron cerca del 35% de los humedales del planeta, a un ritmo tres veces más rápido que los bosques. Las causas principales han sido el cambio de uso de la tierra, y en particular, la agricultura y la urbanización insustentable .

© Silas Miotti / WWF Brasil

PROBLEMÁTICAS

La expansión de la frontera agropecuaria para incorporar tierras a la producción ganadera y de cultivos anuales ha generado un fuerte proceso de transformación, degradación y conversión de ecosistemas naturales en las cinco regiones.

Esto tiene grandes impactos negativos, como:

  • Pérdida de biodiversidad
  • Degradación del suelo
  • Disminución en la provisión de servicios ecosistémicos vitales
  • Aumento de las emisiones de gases de efecto invernadero
  • Expulsión de comunicades locales

SUPERFICIE DE CADA REGIÓN

Superficie (ha) de vegetación terrestre natural o semi natural remanente y superficie convertida a uso agropecuario al 2019 para la porción de Argentina, Brasil y Paraguay de cada una de las regiones. Análisis ad hoc con datos de MapBiomas.

  • Superficie natural o semi natural
  • Superficie convertida
  • Otros usos de la tierra
  • Amazonía

    83%
    14%
    3%
  • Cerrado

    54%
    45%
    1%
  • Gran Chaco

    80%
    17%
    3%
  • Pampas

    30%
    70%
  • Pantanal

    79%
    15%
    6%

SITUACIÓN DE LA GANADERÍA

La ganadería es de gran importancia para las economías nacionales, tanto para el mercado interno como para la exportación, y es una actividad que involucra grandes superficies en Argentina, Brasil y Paraguay, sobre todo en las regiones de Amazonía, Cerrado, Gran Chaco, Pantanal y Pampas.

América Latina y el Caribe cuenta con más de 426 millones de bovinos, lo que constituye alrededor de la mitad del PBI agrícola regional y representa una quinta parte de la carne bovina producida a nivel global .

STOCK GANADERO EN AMAZONÍA, CERRADO, PANTANAL, GRAN CHACO Y PAMPAS

Número de cabezas, en millones

  • Brasil
    80
    CERRADO
    40
    AMAZONIA
    3.6
    PANTANAL
  • Argentina
    34
    PAMPAS
    19.6
    GRAN CHACO
  • Paraguay
    6.3
    GRAN CHACO

La Amazonía, Cerrado, Gran Chaco, Pantanal y Pampas representan una porción muy importante de la producción de ganado bovino de la región.

En el proceso de agriculturización, las áreas ganaderas se transforman gradualmente en agrícolas con la aparición de tecnologías que tornan viable el cambio de uso del suelo, produciendo un corrimiento de la ganadería hacia zonas menos productivas, pero con alto valor de conservación.

Al mismo tiempo, la conversión de ambientes naturales para siembra de pasturas debido a la intensificación de la ganadería amenaza los remanentes de bosque y pastizal natural en todas las regiones.

BUENAS PRÁCTICAS GANADERAS

La implementación de buenas prácticas ganaderas (BPG) es un instrumento poderoso para lograr un desarrollo sostenible, conjugando crecimiento económico, conservación de ambientes naturales, generación de fuentes de trabajo y el sostenimiento de la cultura local. Debido a su gran despliegue territorial, la ganadería es una actividad que involucra grandes superficies en Argentina, Brasil y Paraguay. Por ello, bajo la implementación de buenas prácticas ganaderas, la ganadería sustentable puede conservar los ecosistemas naturales y al mismo tiempo producir alimentos de calidad.

¿Bajo qué criterios implementar las buenas prácticas ganaderas?

  1. Integrando la ganadería al ambiente natural. Por ejemplo, los sistemas silvopastoriles correctamente realizados que conservan las áreas naturales, el Manejo de Bosques con Ganadería Integrada (MBGI) o la ganadería en pastizales naturales.
  2. Los sistemas ganaderos en áreas ya convertidas deben maximizar su producción y poder enriquecer y restaurar el ambiente natural en sectores estratégicos del campo.

Las BPG son aplicables bajo los siguientes supuestos:

La empresa agropecuaria cumple con la legislación ambiental, laboral, y fiscal de cada país.

El manejo aplicado en zonas del campo cubiertas por ecosistemas naturales (bosques, pastizales y humedales) minimiza o evita la conversión de estos ecosistemas.

Se promueve la rotación de agricultura con ganadería en zonas ya convertidas.

Se redacta un Plan de Manejo que prevea la variabilidad climática y cuente con un plan de acción para los distintos escenarios climáticos.

Se consideran las iniciativas y protocolos gubernamentales de BPG.

Se promueve la salud, el bienestar animal y la trazabilidad.

Se considera el uso tradicional de los recursos naturales por parte de pueblos originarios y comunidades.

Se evita o minimiza el uso de agroquímicos.

Se promueve el empleo local y se incorpora el enfoque de género.

Se promueve la ganadería a pasto con suplementación nutricional estratégica.

Se minimiza el uso de insumos externos.

Se satisface una renta justa para el productor o empresa agropecuaria, que garantice la sustentabilidad económica del sistema productivo.

© Yawar Films / Fundación Vida Silvestre Argentina